La sexualidad ha ido cobrando naturalidad con el paso de los años, siendo desde siempre un pilar básico en las relaciones de pareja. Sin embargo, muchas mujeres no son capaces de experimentar con buena sensación las relaciones sexuales, prevaleciendo el dolor frente al placer.
El dolor durante el coito es una patología sexual que afecta a un 10-15% de las mujeres en edad fértil, y a un 45% de las mujeres en la etapa de la menopausia. Un dolor puntual no es motivo de importancia, pero un dolor recurrente requiere del conocimiento de la causa y su correspondiente tratamiento.
DISPAREUNIA Y VAGINISMO
Muchas veces, la falta de deseo y excitación provoca una deficiente hidratación de la zona vaginal que provoca molestias y sequedad en la relación sexual. Las molestias pueden generarse a nivel profundo (pelvis) o en la entrada de la vagina, por problemas ginecológicos o dificultades psicológicas.
La dispareunia es una disfunción sexual de tipo multifactorial, con origen psicológico u orgánico.
El vaginismo es una reacción refleja al momento del coito por miedo o temor, de índole psicológico. Suele ser por falta de información sexual, miedo al coito o al dolor, miedo al embarazo o a contraer enfermedades de transmisión sexual, además del propio miedo o sufrimiento de experiencias previas traumáticas o dolorosas.
La diferencia entre el vaginismo y la dispareunia es la penetración; en el vaginismo no se puede realizar la penetración ya que se provoca un reflejo condicionado e involuntario de la musculatura perineal que cierra la entrada de la vagina, mientras que en la dispareunia la penetración es posible, pero dolorosa.
TIPOS DE DOLOR
El dolor puede aparecer en diferentes circunstancias, no obstante, recordemos que un dolor puntual no es motivo de preocupación y, seguramente, hablando con nuestra pareja previamente y durante los próximos coitos, esté solucionado. No obstante, cuando ese dolor es recurrente o varía en intensidad, la visita al ginecólogo es necesaria para determinar las causas que producen dicho dolor y aportar soluciones eficaces.
El dolor, puede aparecer en algunas circunstancias tales como:
- DURANTE LA PENETRACIÓN SEXUAL. Suele ser consecuencia de una falta de lubricación, infecciones, irritaciones, alteraciones de la piel que rodea la entrada de la vagina o la vulva en sí, vaginismo o algún tipo de anomalía congénita.
- EN CADA MOVIMIENTO DE LA PENETRACIÓN. Puede ser como consecuencia de una mala postura durante el coito o de casos más complicados como enfermedades tipo endometriosis, cistitis, hemorroides o quistes internos entre otros.
- FACTORES EMOCIONALES. Problemas psicológicos tales como el estrés, antecedentes de abusos anteriores, ansiedad o depresión suelen ser condicionantes psicológicos que afectan directamente al disfrute de las relaciones sexuales. Incluso procesos tan sencillos como introducirse un tampón pueden representar un reto emocional.
- ARDOR. Normalmente derivado de infecciones tales como cistitis o si hay problemas de lubricación, falta de juego previo o tal vez un tipo de coito agresivo.
- EXCESO. Los extremos no son buenos, lo mismo sucede con las relaciones sexuales.
PRINCIPALES CAUSAS DE DOLOR DURANTE LAS RELACIONES SEXUALES
Existen dos tipos o causas de dolor: orgánicas y psicológicas.
El dolor orgánico puede derivar de un himen hipertrófico, endometriosis, tumores, hemorroides o alteraciones en la piel de la vulva.
Entre las causas orgánicas más frecuentes encontramos:
- VULVOVAGINITIS. Infección o inflamación de la vulva y de la vagina, como consecuencia de un uso excesivo de ropa ajustada, jabones no específicos para la zona íntima, perfumes, anticonceptivos vaginales, etc.
- ATROFIA VAGINAL. Adelgazamiento, la sequedad y la inflamación de las paredes vaginales debido a una menor cantidad de estrógeno, generalmente asociada a la menopausia.
- ALTERACIONES EN LOS TEJIDOS.
- ENDOMETRIOSIS.
- INFECCIONES. La vulvovaginitis derivada de infecciones por hongos o bacterias.
- ECZEMAS o DERMATITIS.
- SEQUEDAD VAGINAL. Suele ser el principal detonante., como consecuencia de una lubricación deficiente a la hora de la penetración.
- POSTPARTO. Tras el parto, es frecuente la aparición de dispareunia.
- PROLAPSO UTERINO.
- DÉFICIT DE ESTRÓGENOS. Suele producir sequedad, pérdida de elasticidad en las paredes vaginales y alteraciones en la mucosa genital que producen incomodidad en el día a día.
Mientras que el dolor psicológico, puede derivar de ansiedad antes de la penetración, miedo a padecer dolor, embarazo, experiencias previas negativas, abusos…
ANORGASMIA
Existe una gran variedad de disfunciones sexuales, siendo el principal detonante la falta de deseo en la mujer. El estrés, la tensión, el trabajo y las responsabilidades diarias son factores que pueden reducir el deseo sexual. El sexo es, en gran porcentaje, satisfactorio para el hombre, mientras que muchas mujeres no disfrutan de ello. Como consecuencia, las mujeres suelen evitar esos momentos íntimos y evitarlos.
La anorgasmia y el dolor en el coito son problemas de la sexualidad femenina que pueden llevar a evitar las relaciones sexuales. Alrededor del 20% de las mujeres en España padece anorgasmia, significando que la gran mayoría de ellas, no ha experimentado nunca un orgasmo (anorgasmia primaria) o que los ha tenido con anterioridad pero, por algún motivo, ha dejado de experimentarlos o los tiene de vez en cuando (anorgasmia secundaria).
En ningún caso, existe una incapacidad física para sentir el orgasmo. El alcohol, determinados fármacos o el uso de anticonceptivos orales pueden afectar a la capacidad de sentir orgasmos en la mujer.
Sin embargo, la anorgasmia suele estar relacionada a problemas más psicológicos. Tener vergüenza de mostrar el cuerpo desnudo frente a otra persona o los movimientos propios del coito, tomar el sexo como un tema tabú, evitar la masturbación propia o ajena, o una pareja egoísta y dominante, pueden ser desencadenantes de que una mujer no disfrute de su sexualidad y evite mantener relaciones sexuales.
¿TIENE SOLUCIÓN?
Sí, la tiene. Principalmente el tratamiento se centra en reducir la tensión de los músculos vaginales y el temor al dolor que siente la mujer al tacto de la vagina, o durante las relaciones sexuales.
Si la causa es orgánica, existen tratamientos y técnicas para solucionar el problema. Cuando la causa es psicológica, los especialistas recomiendan abordarlo desde diversos frentes, como la eliminación de ideas erróneas relativas a la penetración, así como el control de la ansiedad que pueda aumentar la tensión muscular.
También existen otros ejercicios (Ejercicios de Kegel), que implican la contracción y relajación de los músculos del suelo pélvico, que son los que controlan la orina. En el caso de que los ejercicios no solucionen el problema, se puede recurrir a fármacos relajantes musculares o a otros tipos de cirugías ginecológicas especializadas.
BENEFICIOS DE LAS RELACIONES SEXUALES
- ALIVIA DOLORES DE CABEZA. Las venas del cerebro alivian la tensión cada vez que se practica el coito, como consecuencia los dolores de cabeza disminuyen.
- ALIVIA LA CONGESTIÓN NASAL. El coito es un antihistamínico, ayuda a combatir alergias y asma de manera puntual.
- AUMENTA LA SEGREGACIÓN DE ESTRÓGENOS. Aportando beneficios en piel y cabello.
- BESOS. La saliva ayuda a limpiar y disminuir la cantidad de ácido que causa debilitamiento en el esmalte.
- QUEMA CALORÍAS. Tonifica y fortalece prácticamente todos los músculos del cuerpo.
- TRATAMIENTO DETOXIFICANTE. El sudor producido durante las relaciones sexuales limpia los poros y reduce las posibilidades de sufrir imperfecciones tales como acné, puntos negros o espinillas.
- TRATAMIENTO PSICOLÓGICO. Durante el coito, se liberan endorfinas en el flujo sanguíneo creando un estado de bienestar, tranquilidad y relajación.
RECOMENDACIONES PARA DISFRUTAR DE LAS RELACIONES SEXUALES
El miedo infunda más miedo, por lo que dejarlo a un lado es tan importante como perder la vergüenza a mostrar nuestro yo personal e íntimo. La actitud y la comunicación con la pareja van de la mano, siendo fundamental hablar con nuestra pareja acerca de los gustos, necesidades y puntos eróticos de nuestro cuerpo. No todos los hombres son iguales, ni las mujeres. ¡Él/ ella no tiene porqué saber qué te gusta!
Las relaciones sexuales suelen tener penetración, pero no es necesaria ni obligatoria. El sexo oral es una buena manera de iniciar la comunicación entre la pareja y cambiar la actitud por otra más abierta. Los juegos preliminares ayudarán a relajar tanto al hombre como a la mujer, incluso el uso de lubricantes o probar diferentes posturas.
El lugar es importante; si cualquiera de los dos no está relajado por circunstancias varias (ruidos, otras personas cerca, miedo a ser pillados, espacio reducido, poco tiempo…) la relación puede ser poco satisfactoria e incluso, frustrante, provocando que tanto el hombre como la mujer puede que no deseen volver a repetirlo o recordarlo.
Si no se obtienen resultados tras intentos entre la pareja, acudir al ginecólogo es una alternativa muy eficaz para obtener asesoramiento y ayuda de un profesional.
Sea como sea, la sexualidad es algo con lo que uno mismo debe disfrutar y relajarse; la confianza en la pareja es fundamental y la comunicación solucionará muchos problemas, en la gran mayoría de casos.
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